A continuación publicamos un artículo del periodista almeriense Juan Torrijos, que no pudo ser publicado en su periódico el pasado Martes Santo, y que ha tenido a bien mandarnoslo para que pueda ser leido en este blog. ¡¡Gracias Juan!!
Tres, las que pasa en las calles de Almería la cofradía de los Niños del Perdón cada noche del martes de semana santa. Y hoy nos vuelve a tocar sentir que somos gente que vibra ante la emoción, el silencio y el esfuerzo que demuestran sobre el asfalto de nuestras calles estos almerienses, muchos de ellos pegando la piel de sus pies desnudos al frío y húmedo suelo que nos ofrece la oscuridad de la noche. Son de las escasas vivencias que nos hacen seguir creyendo en el ser humano (especie a la que dicen que pertenecemos) y en que algo superior llevamos dentro, aunque nos cueste tanto trabajo sacarlo a pasear. Esta noche nos volveremos a encontrar frente a la compañía de María, como viene ocurriendo año tras año, hombres y mujeres de los distintos puntos de la provincia, para vivir intensamente con los niños del perdón su anhelado y hermoso desfile procesional. Es reconfortante saber que aún existen hombres y mujeres como ellos. Me demuestran con su silencio, sus caras ocultas, sus pies descalzos, que no buscan protagonismo, que sólo quieren ofrecer un testimonio, el de creer que hay alguien por encima de nosotros al que algo le debemos. Sin ser la creencia de todos los que acudimos a su llamada de silencio, que tengan la completa seguridad de que durante esas tres horas nos hacen dudar. Y volvemos a casa con el convencimiento de que tenemos que cambiar muchas cosas de nuestra vida. Sabéis lo malo, que no nos dura mucho, que en unas horas nos olvidamos de vuestro hermoso ejemplo y testimonio en la noche. Por eso acudimos de nuevo cada martes santo a las calles, a comprobar si seguís estando ahí, si seguís siendo ese espejo en el que mirar y poder ver un mejor futuro interior, hasta que algún día seamos capaces de dejar de dudar.
Ya que por cuestiones de espacio no habrá entrado en la edición impresa, agradezco haberlo leído al menos aquí.
ResponderEliminarMuchas gracias.