Visita a Ubeda

La noche del Jueves Santo la quisimos pasar con nuestro hermanos ubetenses. Esos que, como nosotros, visten de negro y en silencio llevan al Stmo. Cristo de la Buena Muerte por las calles de esa ciudad tan querida por nosotros. Esos que forman parte de una Hermandad con la que nos sentimos hermanados, no tan sólo en el papel, sino de corazón.

Una expedición formada por 26 hermanos llegó a la ciudad jiennense cerca de las siete de la tarde, con el tiempo justo de ver procesionar a las cofradías de la Columna y la Humildad. ¡Impresionante esos romanos por el casco antiguo!.

Acudimos a la Casa Hermandad de nuestros hermanos para saludarles y quedar con ellos al término de su procesión, ya que queríamos ocupar un buen sitio a las puertas de la Iglesia de San Miguel.

Tras probar unos ricos ochios, la expedición se dirigió a la puerta de los Carmelitas. A las diez de la noche, la sensación fue increíble. La Cofradía de la Buena Muerte estaba en la calle. Túnicas negras, cordón blanco, capirotes..., era como revivir nuestro Martes Santo, pero en ese lugar donde unas manos tallaron nuestro Cristo del Perdón, y de donde tanto hemos aprendido.

Seguimos a nuestros hermanos en su recorrido, viviendo con ellos momentos de gran emoción y recogimiento.

Al finalizar su Vía-Crucis, nos dirigimos a su Casa-Hermandad nuevamente para compartir con ellos unos hornazos, unas habas y un ratico de buena charla en la que intercambiamos impresiones y les dimos la enhorabuena por su buen hacer. Tras el intercambio de algunos regalos, nuestro Hermano Mayor invitó a su homologo ubetense, Leo Tallada, a visitar nuestra ciudad y participar con nosotros, en nuestra procesión, la próxima Semana Santa.

La "excursión" continuó y nos dirigimos a ver la procesión de la Sentencia. Después unos churros y un chocolate calentito, la salida de la cofradía de Jesús, y de vuelta a casa.

Fue un viaje estupendo, que permitió a más de uno, ver por vez primera a nuestros hermanos de la Buena Muerte y convivir con ellos al menos durante unas horas.

Desde aquí, les agradecemos su hospitalidad y reiteramos la invitación que les hizo Alfredo aquella noche. ¡Nos gustaría que nos devolvierais la visita!