miércoles, 13 de febrero de 2008

El Perdón ya tiene cartel






Esta noche, nuestra Casa-Hermandad ha sido el escenario donde se ha presentado el cartel anunciador del próximo Vía-Crucis Penitencial de Silencio, en el marco de los "Martes del Perdón". El encargado de presentar el cartel ha sido Rafael Leopoldo Aguilera, Secretario de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de Almería. En el acto, también ha estado presente el fotógrafo artifice de la instantanea que ilustra el cartel, Antonio Navarro del Pino.


A continuación reproducimos el texto de la presentación.



"En primer lugar, supone para mi motivo de una íntima y profunda emoción intervenir ante este ilustre Cabildo de Hermanos, donde se congrega el espíritu y la fe, por lo que les manifiesto mi agradecimiento a esta Hermandad, por su generosa e indulgente voluntad de otorgarme el honor y la confianza de presentar el Cartel de vuestra penitencial Cofradía.

En segundo lugar, quisiera tener un recuerdo especial para todos aquellos hermanos que ya no están con nosotros, y que fueron pilares importantes para esta Hermandad, en especial Juan Luis Capel Poveda, con quien tuve el grato y gozoso placer de compartir en la Agrupación de Cofradías su vocación cofrade y cristiana.
Y en tercer lugar, y como preámbulo de la presentación, hablar del autor de la fotografía, de su trayectoria cofrade nos llevaría la realización de una tesina doctoral, porque en Antonio Navarro del Pino, con un verdadero sentimiento macareno, confluyen aspectos de su persona que le hacen acreedor de la estima y aprecio de todas las Cofradías y Hermandades de la capital, un hombre siempre con alegría para estar ahí, donde se le pida.

Fundador de la popular Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena y Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, tiene en su haber tantos premios y distinciones, que nos alargaríamos en esta noche del primer martes cuaresmal, pero sobre todo, destacar que Antonio Navarro fue distinguido con el galardón de premiar una fotografía suya como cartel anunciador de la Semana Santa de Almería organizado por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería en los años 1999 y 2005 , así como, posee multitud de distinciones de todas y cada una de las Hermandades de nuestra ciudad y provincia, habiendo participado en conferencias, exposiciones, y un largo etcétera, que le hacen merecedor de nuestro reconocimiento por su extensa trayectoria cofrade, tanto de directivo en las Hermandades del Santo Sepulcro y Esperanza Macarena, como nazareno, costalero y fotógrafo.

Sí quiero destacar algo en el haber de Navarro del Pino, y que significó un hito muy importante para el fomento y potenciación de uno de los signos propios de la piedad popular almeriense, fue como la devoción se hizo música, música sacra procesional, al ser promotor, junto con otros Hermanos de la Hermandad del Santo Sepulcro, de los Encuentros o Concursos de Bandas de Tambores y Cornetas que se celebraron en Almería durante los años 1983 a 1986.

Pero lo más importante en Antonio Navarro, es él y su familia, su familia y él, cofrades de honda y fervorosa vocación.

Y como el mismo se suele denominar tan acertadamente y humildemente, un “nazareno del trípode”, que bonita y dulce expresión para acompañar con oración y entrega a la Pasión del Señor desde el gran angular.

Si, sus fotografías son una autentica oración íntima, nacida de la soledad del silencio en bellos e entrañables rincones de las calles y plazas de nuestra ciudad; solo el mirarlas nos hace adentrarnos en el Misterio de la Fe, y sí no mirar, la instantánea de esta Hermandad; no nos hace preguntarnos ¿Para qué tu muerte, Señor?, y la respuesta está en el fotograma, “El Cristo del Perdón con su muerte nos da a conocer al Dios que tiene por nombre Amor, al Dios que es el Padre de todos los hombres, al Dios que es roca, viento y fuego, silencio y palabra.”.

Antonio Navarro, cofrade ejemplar, ha sabido plasmar en esta fotografía que visualizamos todo el cúmulo de la belleza, del arte y la religiosidad popular almeriense. Ha sabido captar y observar, con arte y maestría, desde su visión aquellos detalles que el ojo humano no percibe.

La foto realizada magistralmente por Antonio Navarro del Pino nos muestra un expresivo momento de la presencia del Santísimo Cristo del Perdón y de las Lluvias, iluminado como un jardín, con el fuego purificador de los pebeteros, en su tránsito procesional y estacional penitencial por la Puerta del Purchena en la noche de tinieblas y oscura del Martes Santo del 2007.

Estamos en el regreso a su sede canónica, en donde la periferia se ha hecho centro, y el centro se ha hecho periferia, tras recibir la devoción y el fervor de miles de almerienses que evocan su Santo nombre como plegaria y rezo silencioso en la noche del Martes Santo, donde la corneta está durmiendo y todo está cumplido.

Y al fondo, la mirada atónita de vecinos que asomados a los balcones de las casas decimonónicas iluminadas, situadas en el centro periférico de la ciudad, que con claros gestos de respeto y reverencia presencian el lento caminar del Paso, del dolor del Paso, que después se transformará en la verdad, en la auténtica verdad a los hombros de los hermanos portadores de esta distinguida hermandad.

El fotograma realizado por Antonio Navarro pone de manifiesto la belleza artística de la imagen, de todos los rasgos que el autor de la misma, Palma Burgos, quiso reflejar póstumamente en la sagrada imagen dolorosa por la ignominiosa Cruz.

Y en su entorno, sabe reflejar en esta fotografía el estilo sobrio, austero y penitencial del silencio, sin lujos ni boatos, solo los pétalos de rosas depositados en la Sagrada imagen por manos anónimas de devotos en su discurrir por la Calle Silencio de la ciudad.

El mirar la imagen, a través de la esta bella fotografía, nos evoca al reino de la belleza y la armonía en un altar de gloria con la negritud de palio del cielo. Y tiene hasta su música, es como si fuese un adagio, música de los conventos, el silencio de la clausura. Es el silencio del alma lo que nos evoca la fotografía.

Se nota de su cuerpo lacerado por el dolor de la crucifixión, la inspiración de las últimas gotas de aire, que ponen de manifiesto las respiraciones de su torso desnudo, y el aliento de una de las últimas siete palabras en la soledad del calvario “Perdón”, para ir preparando el camino del misterio: La Resurrección.

No se ve la negritud de los nazarenos que acompañan al Señor del Perdón, que ya han anunciado por las esquinas de la noche, el espectro de la muerte, pero se reflejan en la lejanía del Vía Crucis, donde desde ese angular del costado del Cristo se encuentra el Cerro de San Cristóbal, y en él, el Corazón de Jesús abrazando a toda Almería, a todos los hermanos de esta querida y amada Hermandad, que van clamando en lo más hondo de su corazón y del alma “En Vos confío”.

Y es que, cuando presenciamos la instantánea de Navarro del Pino, permitidme que exprese lo que mi corazón me dictaba en el momento de la redacción de estas breves líneas.

Parece cómo si la fotografía nos cantase a los hermanos la canción de Rafael Montesinos, “Me estoy muriendo, y no tengo un corazón, donde caerme muerto”.

Esta Hermanad cuando realiza su Estación de Penitencia por Almería el Martes Santo, porque reitero, esta Hermandad realiza una Estación de Penitencia, ¡ si ! una Estación de Penitencia, contemplar al Santísimo Cristo del Perdón es un soplo divino en el alma y corazón de cuantos presencian su bella estampa.

Yo, cada año, cuando lo veo pasar, en mis ojos afloran lágrimas, porque recuerdo, y permitidme una recuerdo de nostalgia, cuando esta Hermandad discurría por la Calle Granada camino del Templo de San Ildefonso, y desde el balcón de mi casa, mi hija María del Mar, con tan solo dos y tres años, cuando nos asomábamos al balcón en la "madrugá" del regreso y veía la imagen, se ponía a llorar porque el Cristo del Perdón iba desnudo. Me impactó durante dos años consecutivos esa apreciación de mi hija.

Y todavía sigue yendo desnudo en el lúgubre cielo almeriense, pero abrigado con el fervor devocional de sus hermanos y de toda Almería que se acercan para venerarte.

Si, desnudo porque en esta Hermandad comprenden como es Dios y cómo deben de ser los hombres, cuál es el verdadero rostro de Cristo, ahí lo tenéis en la fotografía que presentamos como cartel, para que nos demos cuenta de quienes no tienen cobijo de la ropa o de un techo, los privados de salud, los que sufren el azote del paro, los jóvenes sin horizontes, y cuantos sufren la tiranía del ser humano.

Por eso, cuando miro a los nazarenos del Perdón y oigo sus pisadas melódicas, sigo viendo como hay lágrimas que se deslizan por el rostro de miles de fieles, porque el nazareno del Perdón, es un nazareno, un peregrino, que va afligido por el camino, porque existe el mal, porque estamos en un mundo creado y querido por Dios para la felicidad del hombre, pero hay egoísmos, insolidaridad, desesperación, engaños, mentiras…

Y este Cristo del Perdón, rostro humano de Dios, tras atravesar Almería, se detiene en la decimonónica y armoniosa Puerta de Purchena para rogar al Padre que nos consuele cada Martes Santo, dándonos razones de esperanza, paz y justicia.

Ese es el mensaje de la fotografía del cartel, que anuncia las tinieblas silenciosas del Martes Santo, y que unido al “Manifiesto” de todos los Martes Santos, pretenden impregnar con su apostolado la fe a todo un pueblo, siendo un símbolo y un signo vivo de la piedad popular almeriense, del catolicismo popular, representada por este amoroso y venerado Cristo del Perdón y de las Lluvias que encontró la muerte serenamente en la Cruz por Amor.

Por Amor a todos nosotros.

Muchas gracias".

Rafael Leopoldo Aguilera Martínez
Secretario de la Agrupación de HH. y CC.
12/02/08

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